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El arquitecto guanajuatense Javier Ángel ganó un concurso internacional con un despacho de diseño de Dubai.

Javier Ángel es un joven arquitecto que creció y gozó de las calles de San Miguel de Allende durante sus primeros años de vida. El desarrollo sustentable y el Biomimetismo son su especialidad, una tendencia que dice, es el presente y el futuro cercano en el mundo.

Al igual que muchos mexicanos dejó su tierra en la búsqueda de crecer y aplicar su especialidad en otros países, así que se puso a trabajar y hoy ocupa el cargo de Director de Arquitectura de Wanders Werner Falasi Consulting Architects, uno de los despachos más importantes que tienen los Emiratos Árabes Unidos.

Hace unos días el arquitecto guanajuatense, de 33 años de edad, recibió una noticia que le dio más motivos para seguir adelante, cuando el proyecto que presentó junto con su equipo en un concurso en el que participaron las cuatro mejores compañías de diseño, emergentes y jóvenes de Dubai, fue el ganador.

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Todos los días sus ojos son testigos de lo más sofisticado en arquitectura. A diario contempla los edificios más impresionantes que tiene el mundo, al vivir en la ciudad que resguarda el rascacielos más alto del mundo, el que gira todo el día, el de cristales, el que construyeron sobre el mar y el centro comercial más grande del planeta, entre muchos más.

Para aprender de arquitectura, en Dubai tiene «la mejor escuela».

Por ahora aprende todo lo que puede, «como esponja», porque el volver a Guanajuato es uno de sus objetivos más claros, con una nueva visión combinada con el desarrollo sustentable.

Sabe que Guanajuato ha crecido de manera impresionante y el cambio es notable desde que lo dejó hace 10 años.

«San Miguel de Allende también ha tenido un auge en turismo de calidad muy importante y se nota. Obviamente Dubai es muy cosmopolita, una ciudad de 2 ó 3 millones de habitantes con un estilo de vida muy pretencioso. El ritmo es muy acelerado sin llegar a niveles de ciudades como Londres o Nueva York, pero la mayoría estamos aquí de paso, enfocados en la chamba y en aprender. San Miguel es también una ciudad cosmopolita pero con un ritmo de vida muy distinto. Y cómo no, si esa es mi casa».

 

Aprendiendo del mundo

 

Javier Ángel es egresado de la escuela José Vasconcelos, la escuela de más tradición en San Miguel de Allende. Ahí estudió la primaria y secundaria.

Hace años las opciones de continuar la preparatoria eran pocas, por lo que se fue al Tecnológico de Monterrey en Querétaro para después ir al Savannah College of Art & Design (SCAD) en Atlanta, en Estados Unidos.

Regresó a México y comenzó a trabajar en despachos para posteriomente abrir su propia consultoría donde pudo desarrollar casas en San Miguel de Allende.

Fue en 2010 que decide tomar la especialidad en la Universidad de HafenCity en Hamburgo, Alemania, donde se especializó en la planeación, eficiencia de los recursos y biomimetismo, lo que le ayudó a construir sus primeros proyectos con azoteas verdes y otros métodos sustentables.

«Todavía me queda el proyecto de regresar a Alemania, pero la intención se ha ido postergando».

Quedarse un tiempo más en aquel país es la idea, porque es donde más ha aprendido de arquitectura.

El despacho donde actualmente trabaja se caracteriza principalmente por la creación de proyectos residenciales de lujo.

«Pero tenemos otros más como una mezquita, showrooms de agencias de autos, torres residenciales, universidades, spas, oficinas y más».

El guanajuatense tiene varias cosas más por presumir, entre las que están el haber participado en el proyecto de al menos tres mansiones dentro de la Palmera Jumeriah, la zona exclusiva de habitación que se construyó sobre el mar; también puso su creatividad en proyectos como edificios de oficinas en Rwanda, el Colegio de Tecnología de los Emiratos en Abu Dhabi y colaboró en la creación del Palacio de la Bahía en Panamá.

Después de conocer de grandes, medianos y pequeños proyectos, Javier reconoce que el último concurso en el que participó y ganó, lo hizo sentir nervios como en sus inicios.

«Pero pusimos todo y ahí tenemos el resultado. En ese proyecto me aseguré de que el concepto sustentable se transmitiera de la mejor manera. Me tocó hacer la presentación, primero ante los clientes y después con ministros y CEOs de compañías muy pesadas, lo bueno es que no sabía quién era quién y eso redujo el nerviosismo».

Trabajar en el despacho dice que es como estar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

«Los socios son alemanes y uno es emirati. Mis compañeros vienen de Pakistán, otros de India, Filipinas, Serbia, Irak, Egipto, Inglaterra, Siria, Sri Lanka y México. Llegamos de tantos lugares que, como dice nuestra página en Internet: somos el reflejo de la demografía de Dubai».

Pero entre todo lo que ha visto, no se olvidó de Guanajuato.

Fue en Alemania, durante su maestría que su tesis la dirigió en un proyecto para San Miguel de Allende: la creación de un parque lineal sobre el Arroyo Las Cachinches.

«Me dio gusto saber, ahora que fui, que a lo largo del arroyo tienen planeado hacer un parque. Lástima que no pude presentárselos porque lo hice justo con ese enfoque, donde se regenera el cauce perenne del arroyo y se reactiva la biodiversidad natural».

Javier no sabe cuánto tiempo seguirá en Dubai, lo que es seguro es que quiere volver a México, su país.

«México es impresionantemente rico en todos los aspectos. Amigos que tengo en Dubai me han preguntado por qué si es un país con gente tan cálida, lugares hermosos, con agua, selva, desierto, jardines y mar, está como está».

Javier dice saber la respuesta pero se la reserva. Dice que desde la barrera los toros se ven diferente y más claros, pero él sólo habla bien de su país y sobre todo de Guanajuato, la tierra de la que se siente orgulloso y siempre presume porque dice, algún día va a volver para quedarse.

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